Las melodías suenan tan tercas en este desván, tan
envueltas en recuerdos, tan poco mías, tan poco nuestras. El miedo acecha en
todas las sonrisas que decidimos embotellar en un pequeño frasco. Las esperanzas de lo que un día fue nuestro amor se han depositado en una
cuenta corriente que no podremos abrir, ni tu ni yo, hasta dentro de mucho tiempo.
Recordé tus palabras muchas veces esperando que nunca se cumplieran en mi, pues yo quería guardarte
como una exquisitez es mi memoria, dejar siempre un hueco en ella reservado
para ti por si volvías, por si
decidíamos amarnos mejor otro día, otro año o otro momento, quién sabe.
Pero ya hace tiempo que me levanto y no siento nada
al pronunciar tu nombre, ni odio, ni amor. Desde que me devastaron esos ojos
verdes, perdí el norte de esperarte, las ganas de torturarme por si había
errado algún momento. Verás, ahora que mis pupilas no se reflejan en otras, me siento tan fuerte, tan poco como
antes, tan de nuevo yo… y como anhelaba esta sensación de dejar un camino de
huellas para el mundo, y no sólo para ti. Viví tanto tiempo envuelta en nuestra
burbuja que, creía, que después de esta no había más que dolor, oscuridad… ¿qué irónico verdad?
Ahora, ahora que sólo yo decido cuando y como, ahora que mis pisadas son fuertes, que mi sonrisa es duradera, que mis miedos
son caducos. Ahora, ahora tengo la libertad en las yemas de mis dedos y no voy
a dejar que se escurra, tengo las pesadillas encerradas en una pequeña caja,
tengo el mundo bailando bajo la lluvia
y esto es todo lo que quiero.
Y la verdad, es que ahora entiendo que soy feliz porque
amo todo lo que tengo, y a lo que no, le deseo mis más sinceras gracias por todo!
Pd: Ahora, me
quiero!