jueves, 29 de marzo de 2012

Eramos lo que construimos

Eramos como dos coches a los que les han cortado los frenos, que resbalan con el aceite de su propio motor. Eramos dos polos opuestos que se atraían como imanes. Eramos el aire del otro y los latidos más intensos.
Eramos uno, aun que la mitad muchas veces. Eramos cal y arena, sol y luna, aun que apostábamos por el crepúsculo.
Eramos un circo y de repente una reunión de negocios. Eramos la felicidad y los celos en cada esquina. El norte y el descontrolado sur. Eramos el riesgo junto a la prudencia. Eramos el miedo a la soledad o la caída de este imperio. Eramos el frío en el mes de agosto o las flores marchitas en primavera.
Eramos las lágrimas que negábamos llorar, pero que quedaban atrapadas en la almohada. Eramos el perdón, la cura, el antídoto del otro. 
Eramos más que una nicotina, que un vicio o una costumbre, eramos siempre, y algo que no se puedo destruir.

martes, 20 de marzo de 2012

Y es que ya, lo que te quiero, supera los límites que yo creía tener.

Debo decir, que si estoy aquí es por que tu, ayer, me hiciste volver e impulsarme de nuevo a desgastarme las yemas contra las teclas del ordenador.
Hacía tiempo que no pensaba en que palabra quedaría mejor después de la anterior, o si, una coma, o un punto, harían la puntuación muy sería; de echo hacía tiempo que no escribía, ni de ti, ni de mi, ni de nadie..
Y ayer, cuando por enésima vez me dijiste que hacía ya tiempo que andaba divagando sin letras en las entrañas, me dio por emocionarme al ver cuanto me exigías. 
Si no había vuelto a contar con frases sin sentido cuanto te quería era, por que ya no encontraba palabras que tuvieran una referencia tan grande en el mundo de los sentimientos como para escribirlas, y es que ya todo es demasiado grande para narrarlo en unas lineas. 


Y es que ni tu ni yo ni nadie, tiene ni idea de cuanto te amo, por que te lo exijo mi vida, no me faltes nunca!

lunes, 19 de marzo de 2012

Te lo exijo; lo necesito...

Te exijo que vengas a verme y que me hagas sonreír; porque necesito estar a tu lado y entrelazar carcajadas contigo. Te exijo que me mires en silencio, sin palabras; porque necesito apurar ese último resquicio de tiempo que me queda a tu lado. Te exijo que me beses, que me abraces, antes de irte; pues necesito sentirte cerca antes de estar a días de ti. 
Te exijo que rías sin parar, una vez más; necesito escuchar esa sinfonía que ambos componemos espontáneamente. Te exijo que no tengas miedo a nada ni a nadie, que conviertas cualquier problema en nimiedad; necesito saber que no hay límites, que no hay más montañas salvo aquellas que nos separan.

Aún en la distancia, te exijo que seas feliz, no por nada, sino porque necesito que lo seas, para serlo yo también.