Encontrarte entre las esquinas de este óvalo era mi mayor afición, pues casi siempre aparecías con esa sonrisa que me enloquecía. Cuando me mirabas así, como si nada más que nosotros pasara por tu alrededor, tus labios pedían a gritos ser devorados, y yo, sin clemencia alguna, torturaba todos y cada uno de los sentidos de tu cuerpo, dándote una guerra que el mismo Irán hubiera envidiado, pero verás, la tregua solo se paga con más, siempre mucho más.
Tenerte entre mis sabanas surcando mis besos, navegando por el mar de tus latidos era el cielo de muchos y sólo el mio. Encontrarte entre sietes y algún que otro te quiero se había vuelto costumbre y no pretendía, por nada del mundo, cambiarla.
Creo que, sin duda, lo que me había sucumbido a ti había sido, y de echo es, tu manera de perseguirme con tus miradas mudas, o de hablarme entre susurros al oído o simplemente la manera que tienes de electrizarme cada vez que me besas en la yugular, robándome la razón o las ganas de parar.
domingo, 15 de diciembre de 2013
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Quererte es tan fácil.
Yo no se como lo haces mi amor, pero a tu lado las manecillas del reloj escapan al tiempo y corren con demasiada prisa mientras que, sin ti, las horas guardan días y silencios muertos. La necesidad de perderme en tus manos crece a cada momento, siento como, sin querer evitarlo, busco a cada instante tu sonrisa como método de subsistencia; pues al igual que un poeta sucumbe a las letras yo necesito saciar mi sed de ti con tus besos que recorren toda mi columna vertebral o con tus caricias que acunan mi pecho en las noches más cálidas. Pues verás, avivas todas las melodías que yacían dormidas en mi interior, electrificas las ganas de morderte el lóbulo de la oreja y me endulzas el sinfín de sensaciones que recorren mis clavículas cuando te siento mio.Siendo clara, lo único que quiero ahora son horas, horas para malgastarlas a tu lado y decirte, repetidas veces, que te quiero, te quiero y te vuelvo a querer.
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