Creo que todos tenemos la estúpida costumbre de volver al punto donde nos perdimos, de mirar a unos ojos que ya nos sacudieron otras veces cual huracanes hambrientos. Todos, incluso yo, tenemos la manía persecutoria de abrirnos las heridas que ya sanaron para ver si fueron reales, buscamos esas palabras que nos sirvieron como antídoto para vertirlas en los surcos de nuestros miedos.
Y verás, justo cuando ya creía que no iba a volver a verte te me apareces como si nada, te cuelas por mis sábanas esta noche de lluvia como un perfecto desconocido que parece saberlo todo de mi. Apareces con unos ojos que ya me habían prometido venganza antes de irse, y yo recayendo en mis costumbres, deseo bañarme en ellos aunque sea sólo una noche, a escondidas de ti y del mundo.
Lo cierto es que aún espero que un día ices la bandera blanca, poder bajar el escudo trinchado de tantas balas disparadas a ciegas con el único objetivo de arrasar con lo que tienen delante.
��
ResponderEliminarhttps://youtu.be/n0ufTppLrHY
ResponderEliminarManifiestateee anónimo!
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=JblTGP4gBZQ
EliminarCreo que no jugamos en igualdad de condiciones, tu sabes perfectamente quien te escribe, yo no. Cobardica.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=3kYitK-KoWY
EliminarRecuerdo de tu absurda manía por no llorar, cuando alzabas la cabeza y empezabas a pestañear, para así evitar que las lágrimas se escurrieran por tus mejillas y volvieran a la cueva azul del mar de tus ojos.
ResponderEliminarDicen que nacemos sabiendo llorar y que crecemos aprendiendo a reír. Dicen que no hay expresión mas sincera del alma que las lágrimas. Dicen que únicamente eres Tú delante de otra persona cuando te ha visto llorar. Dicen que no hay palabra mas grande y más perfecta que la que me dices cuando lloras, ni desnudez más bonita que la de tu alma en carne viva, brotando de ella, como si de una fuente se tratase, perlas cristalinas que cayendo inundan tus párpados. Dicen que somos el único manantial en la Tierra que nunca se seca, el único manantial del cual nunca deja de llover.
Hace tiempo conocí a una muchacha, de tez sonriente y zafiros por ojos, que decía que cuando lloraba, cuando lloramos, estamos más guapos. Qué habrá sido de ella?
Pero, a veces no es tanto lo que dicen como lo que decimos, y digo que me hagas llorar. Que me hagas llorar de rabia, de emoción, que me hagas llorar de dolor, de alegría; que me hagas llorar, porque solo entonces sabré que estoy vivo, que sigo vivo por dentro, como un recién nacido clamando su llegada al mundo sollozando.
PS. Soy yo, ahora sí, aunque permíteme el "anonimato".