He aprendido que es mejor guardar un pequeño recuerdo en el corazón que no todo el rencor!

Hoy han caído todos los recuerdos que un día prometimos recordar. Hoy han caído las palabras vacías y todas aquellas que se dijeron para hacer daño. Hoy han caído también las que nos dijimos cuando lo sintió el corazón.
Hoy las calles han absorbido la que un día dijimos llamar nuestra eternidad. Han chupado cada lágrima que vertimos, todas las risas que gritamos y los sueños que perdimos o realizamos.
Hoy el mundo se empapa de nuestra historia para no volver a contarla jamás, para que quede grabada en algún momento, en la suspensión de esas gotas, en el alce del viento; pero sólo ahí, en ninguna de nuestras memorias.

Hoy la lluvia lo ha limpiado todo. El corazón, la risa, el alma. Hoy la lluvia se ha dejado caer porque era 26 y debía recordarme que mi vida es aquí, y no en ninguna otra parte. Hoy la lluvia se ha llevado a rastras, en su espalda, empaquetados como paquetes que nunca se abrirán, todos aquellos lamentos, todas esas noche en vela, todo ese dolor, para quedarme con la transparencia de lo que un día fuimos y, para quedarme también con el dulce recuerdo de lo que un día pasó.

Dudo que vuelva a llover como lo ha echo hoy. Una lluvia tenue, gris, grande en la que al final del cielo se vislumbraba perfectamente los rallos cegadores del sol.