Eras tu, des de que te conocí fuiste tu. O quizás ya lo eras des de hacía mucho tiempo. Eres tu, eres tu el que me da las alas para volar sobre la tierra. Eres tu quien le da norte a mi sur, quien da luz a mi oscuridad, quien da vida a lo inerte. Eres tu, esa parte de mi de que me falta esa parte de mi que necesito.
Se que los polos opuestos se atraen, sin embargo yo soy de las que piensa que se necesita un poco de desorden en esto tópicos. Para mi, tu eres más que un polo opuesto, eres mi contrario, mi singularidad, mi sinónimo y mi pequeña mitad que crece día a día.
Yo creo en ti y de momento, esto me basta. No me importa haber curado tus heridas, ni abrazarte de nuevo como si fueras el capitán de este barco a la deriva. No me importa confiar en ti plenamente, con una venda en los ojos si me lo pidieran. No me da miedo, y eso es lo más importante, no me da miedo un motivo, unos labios a los que besar, un inicial en mi garganta. No me importa amarte, ya que jamás dejé de hacerlo.
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