Lo sé, soy una cabra loca. Muchas veces oigo lo que me dicen pero no me paro a escuchar. Normalmente los consejos que me dan me entran por una oreja y, como si fuera una carretera de dirección única, me salen por la otra, pero puedo prometer que el otro día, esa carretera encontró un desvío.
No sé si fue por quien me lo dijo o porque me pare a escucharle con el corazón, no sé si fue por la claridad y la sinceridad de sus palabras o por la intensidad con la que las decía pero me han ayudado, quizás más de lo que piensa el que me las recitó.
“Estás por encima de ellos, créetelo, tienes motivos!”
Por encima? Por encima de quien pensé. Que me lo crea? Qué motivos tengo para hacerlo y entonces sin querer me di cuenta de lo que quería decirme, entendí sus palabras al igual que entiendo sus besos.
Por encima de quien?
Pues de toda esa gente que no te quiere, de todos esos que hablan por hablar con la única finalidad de hacer daño. Por encima de gente superficial y de todos esos que ni te van ni te vienen. Por encima de las lagrima y de las comeduras de cabezas que te dan todos ellos.
Que quieres que me crea?
Creete que no eres perfecta y que debes estar orgulloso de ello, que así con tus imperfecciones te haces única y la gente que de verdad te quiere, todos esos que te ayudan, que se volcán en ti y te hacen grande te quieren así, llena de matices que hace falta pulir. Créete que vales oro, aun que sólo valgas duros, créete que lo tienes todo controlado aun que sin querer se te escape un poco de las manos, créete lo que eres, quien eres. Créete a ti misma.
Qué motivos tengo?
Esa última pregunta fue más complicada y le miré con dos ojos llenos de dudas, con dos pupilas a punto de superar su límite, le miré en busca de respuestas. “Eres rubia, con ojos azules, tienes a tus amigas que te quieren, una familia que te apoya y a mi”
Y que más quiero pensé, lo tenía todo, todo lo necesario para ser feliz. Tenía unas amigas envidiables, que siempre me habían ayudado, que creían y confiaban en mí, que pondrían la mano al fuego por mis palabras, que me hacían reír y que me querían.
Tenía una familia que se preocupaba, que me apoyaba, que me aconsejaba, que me había enseñado todos y cada uno de los valores que se han de tener, que me protegía y, que de nuevo, me querían.
Y le tenía a él, mi pilar de mármol que me había enseñado esto, me había mirado con sus ojos verdes y me había mostrado lo que realmente debía hacer, me había enseñado el camino una vez más. Me había prometido una eternidad entera y toda una vida para poder ser la persona más imperfecta del mundo.
Post scriptum: Me gustaría darte las gracias de nuevo, aun que se que no las vas a aceptar. Sólo quiero que cuando me veas mañana, me mires y veas a alguien que está por encima de todos, por encima a comentarios de gente que realmente no buscan mi felicidad. Quiero que me mires y veas a alguien capaz de darle la vuelta al mundo con un par de palabras, quiero que me mires y que puedas apreciar que el resultado de todo esto, es sólo gracias a ti, por haberme enseñado una vez más como salir de una ruleta de la cual no todo el mundo puede escapar.
Te quiero… te quiero más de lo que puedo depender de ti!
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