Me has desarmado por completo, me has echo vulnerable a tus brazos, a tus sonrisas a media tarde. Has desnudado mi alma, de arriba a bajo, sin contemplaciones, dejándola expuesta a todas las mareas. Te has escondido entre costilla y costilla, creando allí tu hueco. Has fotografiado mi piel de todas las maneras, surcada en pequeñas gotas de rocío, seca bajo el sol, tuya entre tus dedos.
Me has echo llorar, como no lo había echo antes, de felicidad, de miedo, por errores, por kilómetros, por calendario mal tachados, por días que se pasan demasiado lentos por la semana y por besos ciegos en el momento indicado.
Y que sepas, que contigo he creado un guión, que debo, que quiero cumplir. Un guión que no termina, que es eterno, que es tuyo y es mio, que es luz al despertar mientras mis mechones caen sobre tu mejilla, que es una sonrisa en la calle repleta de gente, que eres tu y que soy yo, y que, por consecuencia, somos nosotros.
Se me escurren las palabras entre las pestañas, por querer decir tantas cosas y a la vez, reducirlas en nada. Se me escurren los te quiero entre mis dedos, pero no tu.
Se me escurren los te echo de menos entre los miércoles y los jueves, pero ya ves, sin embargo hay algo que me obliga a no dejar de quererte, a no poder. Hay algo que me obliga a necesitar de ti constantemente, y es que yo estoy en tu juego, estoy metida hasta las rodillas y mírame.. me ves capaz de salir?
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