Lo único que quería, des de ayer a la caída del sol, cuando escuche tu voz, era ver como la palabra mañana se deslizaba entre tus dientes y como me daba un vuelco el corazón; pero ya ves, a veces la distancia puede con nosotros y el tiempo que he dejado quieto, intacto, frío entre tus labios, arde, se hace extenso y hace que lo sintamos cerca, muy cerca.
Y sí, he de reconocer, otra vez, que me había los ojos, los dos, y que hubiera seguido ciega, rozando la esperanza con la yema de los dedos si eso hubiera echo que aparecieras, delante de mi. Y que ahora, ahora que aparece lo que tu llamas
Post scriptum o post data (ahora ya se admite todo): te echo de menos, maldita sea dirás, sólo han pasado dos días y ya me echas de menos? Pues sí.. ya te echo de menos, y no sabes cuanto.
Te quiero..
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