miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cartas al amor!

Hoy he visto la nostalgia reflejada en tus dos pupilas verdes, esas que me atrapan tantas veces en sus laberintos de sentimientos. No he podido evitar sentirme pequeña ante todo lo que mostraba tu rostro, si te hubieras visto… Tu cara tenía una expresión de anhelo, de impotencia, de miedo y mi corazón sentía lo mismo.
Muchas noches me siento en mi silla blanca de madera y escribo sobre ti, como lo estoy haciendo ahora. El frio de la habitación se cuela en mis huesos y me recuerda que te has ido, una vez más, para volver más tarde y abrazarme de nuevo. El tiempo, ahora, es uno de mis mayores enemigos, juega conmigo a su merced. Hace volar las agujas del reloj cuando lo único que nos separa, son los suspiros, y vuelve a andar lento, cuando mi corazón pide a gritos la necesidad de sentir de nuevo tu calor.
Hoy te escribo sin ningún motivo aparente, sólo lo hago, porque me gusta recordarte de vez cuando todas esas palabras que callo, que no digo pero que intento demostrarte en cada beso. De veras, querido, que el olvido me atrapa y me envuelve, y es tu voz la que me ayuda a salir de ese embrollo de sensaciones.

Ahora, que nuestras manos no están unidas, recuerdo todo lo que hablamos un día antes de que yo partiera. Yo te explicaba que jamás me había sentido así, que nunca mi corazón había palpitado tan ferozmente y, recuerdo también, como brillaba tu sonrisa y como no pudiste reprimir las ganas de besarme. Estos recuerdos son los que me mantienen, los que me ayudan a darme cuenta de que la distancia no es motivo para dejar de luchar, de hecho, es una causa para hacerlo. Y créeme, que si pudiera, que si en mis manos estuviera, no habría distancia alguna, tan sólo caricias y dulces y sinceras palabras frente al amanecer.
Te quiero, te quiero más de lo que escribo y más de lo que digo y no te quiero por tus abrazos a media noche ni por tus ganas de hacerme sentir especial hasta cuando intento dibujar sobre el papel un par de nombres y un corazón, te quiero porque me estas ayudando a crecer, porque estas marcando sobre mi piel tu inicial en mayúscula y simplemente, te quiero porque es la única palabra que encuentro para describir esto que siento.

Espero que una vez leído esto, puedas entender el brillo de mis ojos y la tímida sonrisa que se asoma cada vez que mi cuerpo se funde con el tuyo.



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