Muchos presumen de lo perfecta que es su relación, de todos los regalos que se hacen, de todas las noches sin frío, de las tardes tomando helado, de las veces que han visto juntos desde la cama el amanecer... pero ¿cuantos pueden hablar de las sonrisas que se pueden robar el uno al otro, de las tardas largas hablando de lo que sienten estos pequeños corazones, de las caricias que se dan sin querer, del respeto mutuo, del brillo que ilumina la mirada de ambos con tan solo escuchar un te quiero?
¿Cuantos pueden presumir de los miles de detalles que hace uno y que intenta otro, de los consejos y sobretodo de la amistad que los envuelve?
Yo, yo puedo presumir ello y no sabéis lo mucho que me alegro!
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