Nos mirábamos a los ojos en silencio y su mirada era fría, maquinaba algo que yo desconocía, tenía una expresión tranquila pero a la vez nerviosa, como alguien que quiere decir miles de cosas y opta por el silencio como palabra.
Entonces aparte la mirada y con la cabeza mirando las nubes le dije "jamás me vas a afectar, créeme!", se rió, se rió de tal manera que estremecí y volví a mirarle de nuevo, un poco atemorizada por su respuesta, esa que no decía, esa que tanto ansiaba.
Tras unos cortos segundos de un largo silencio se acercó a mi y con una voz plena, llena de afirmación me contesto "te voy a poner a prueba, créeme..." y se fue sin despedirse y sin dejar huella en el aire, así que pensé que le había ganado, que se había acobardado ante mi seguridad y había cogido el primer tren de vuelta a otros corazones.
Pero no fue así, ella me ganó, de echo me esta ganando ahora mismo, la estoy sintiendo más cerca de lo que yo jamás hubiera imaginado. Ha cogido su equipaje y lo ha montado dentro de mi ser y se con toda mi certeza que se quedará aquí mientras sus dos pupilas verdes no vuelvan a encontrarse con las mías.
Y es que no sabes cuanto me arrepiento de haberle negado a la
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