Los sentimientos no te tocan por contrato, ni son rifados en una feria medieval. Los sentimientos no se piden por encargo, no se escogen, de echo creo que son ellos los que te escogen a ti.
Un día, sin quererlo, te levantas y tu pequeño corazón amordazado grita, grita de tal manera que te asusta, y realmente, es una tontería asustarte cuando el corazón lo único que hace es pedir a gritos esas manos que te acarician las mejillas cuando están frías por el viento, esos ojos que, cuando los miras crees verlo todo, crees que el negro de la pupila es el infinito..
Un día, sin quererlo, te levantas y te das cuenta que una parte de ese corazón amordazado a desaparecido, que ha huido, o quizás se ha marchado con su nuevo dueño, con su nueva alma y es entonces cuando sonríes y realmente te das cuenta, que ahora, la mitad de tu corazón esta en él, gritándole todo lo que susurro y haciendo que mi ausencia sea breve.
Y un día, sin quererlo, te levantas y te das cuenta de que tu mundo, tu vida, tus riendas, tu luz; esta cerca de esa mitad desaparecida!
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