Si tuviera alas hoy hubiera arrancado a volar, me hubiera mojado, las gotas hubieras calado mi alma. Si tuviera alas hoy te hubiera visto y, créeme,
no te hubiera dejado machar.
Hubiera volado alto,
casi como cuando lo hago a tu lado, hubiera cogido carrerilla y
me hubiera lanzado al fin del mundo si allí estuvieras.
Si tuviera alas hoy sería libre. Libre de teoremas, de lenguas, de susurros;
mi corazón andaría por las nubes buscando de nuevo tu sonrisa, sí, esa que me ilumina en la más oscura de las noches, la que me enseña el norte visualizando un poco de ese travieso sur.
Hoy, sin embargo no he volado más alto que a ras de suelo,
no te he visto, ni me he podido imaginado la perfección de tu sonrisa.
Aun así, te siento cerca, noto tu mirada en mi espalda como cuando intentas protegerme de algo que yo no veo, aun así siento como la
lluvia desgarra cada miedo y como
mi alma grita a voces que necesita mi otra mitad!
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