Me gustaría tatuarte mis palabras en la espalda, para que no se te olvidaran nunca, para recordarte lo que ya sabes y para repetirte el sin fin de sentimientos que corren por mi nuca cada vez que te siento cerca. Me gustaría escribirte un libro de una sola página y en él, resumirte lo que me susurra mi resquebrajado corazón cuando te vas. Podrías coger ese minúsculo libro y leértelo cada día hasta el punto que te supieras las comas de memoria, los puntos; hasta el día que supieras donde va exactamente cada te quiero o cada te necesito aquí, cerca...
Hace tiempo que te repito que dependo de ti y no sabes, pongo la mano en el fuego, aún lo ciertas que son estas palabras. No se si es por que hoy vuelve a llover y las gotas me recorren las vertebras de caramelo o por que ya no aguanto otro día más sin tu presencia; pero hoy, necesito que sepas que yo ya no pido nada más, que el universo ya me lo ha dado todo, que lucharé por no soltarte nunca; y que te quiero, te quiero hasta el punto de amar.
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