Sí, era navidad y debía ser perfecta. Su olor se respiraba en las calles, las luces caían por todos los balcones y, en casi todas las casas, se asomaban arboles repletos de bolas.
La felicidad se había vuelto algo que se podía envolver, y la gente, recibía esa felicidad con una enorme sonrisa.
Y de repente, tu y yo. Y no sabría como explicar esto, como explicar nuestra navidad, tan imperfecta en su perfección..
Se me encogía el alma al saber que me querías, al percibir tus dedos sobre mi piel, tu aliento sobre mi nuca..
Y me daba cuenta que yo estaba perdida sin ti, que no había navidad en tu ausencia y que, las luces, los paseos iluminados de la gran Barcelona, me parecían ridículos, si no me acompañabas en ellos.
Llevaba tiempo sin escribir, quizás, por que tampoco sabía que decir, o por que quizás, había demasiado que explicar. Aun así, aun que no escribiera pensaba miles de relatos para ti, para leerte o para que los leyeras en voz baja, mientras los analizabas.
Necesitaba volver a decirte que te quería, que te quería en aquel teatro donde vimos el principio del fin, o en mi cama, donde ya tenías un hueco echo a tu medida, al igual en mi corazón.
Y ya ves, estaba navidad estaba siendo perfecta, y lo mejor de todo, es que, no me daba miedo prometerte nada, de echo nunca me había dado miedo, sabía que podía con las promesas y que, nada me venía grande.
Un deseo para navidad? Quédate conmigo y deja que amanezca por mi espalda el sol que tu dibujas, ahógate en las lágrimas de esa felicidad que ni tu ni yo envolvemos y, fundete; fundete conmigo y olvida que somos cuerpos distintos, deja que sólo lata un corazón, o dos, pero al unísono. Y por pedir, pido que el infinito se agote entre nuestros dedos.
Post scriptum: me encanto aplaudir a tu lado, te quiero.
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