Podría hablaros del dolor con cientos de metáforas y del amor, con tan solo un nombre aunque ahora mismo ya no pueda pronunciarlo. Pero me gustan los pómulos marcados, los ojos rasgados y grande, con pestañas finas que tras teclearlas inunden los oídos con mares de melodías. Me gustan las espaldas amplias para poder dibujar caminos largos, llenos de curvas que rodeen pecas, llenos de sonrisas que rodeen paletas.
A mi lo que más me gusta es ir saltando de diente en diente hasta caerme por tu campanilla y probar ese sabor tan dulce que me dejabas en los labios al besarme, y como besabas.
Pero verás, si te digo algo que quede entre nosotros o entre los pequeños centímetros cúbicos de tu piel que un poseí; pero prométeme que será nuestro secreto a voces, ¿lo juras? (eco)
Contigo no me haría falta una espalda ancha, me bastaría con verte sonreír, una vez, para saber que mi camino está entre tus dedos.
Pd. No me gusta que alguien crea que todo lo que escribo lleva un sólo nombre que es el suyo. Gracias.
https://www.youtube.com/watch?v=ZhCeDfzmiL0
ResponderEliminarNo sé a qué esperas para verme sonreír, pues.